lunes, 22 de junio de 2015

Agenda parroquial de la semana




Venid a Mí y encontraréis descanso
Nos dice Jesús a los cansados y agobiados, pues Dios es amor y como decía san Juan de la Cruz “El amor ni cansa ni se cansa” Durante el año se acumula el trabajo, la tensión, los problemas, las relaciones sociales, en ocasiones difíciles… un cansancio que va entrando. Pero el cansancio puede ser profundo, espiritual, arraigado que no se va con distracciones, sino que hay que tratarlo, curarlo, aplicarle los debidos bálsamos. Por eso en vacaciones es una buena ocasión para darse buenos baños de oración, buenas lecturas sobre la fe, para cuidar nuestra alma celebrando la Eucaristía, recibiendo la penitencia tras un buen examen de conciencia en reposada oración, tiempo para pasear en silencio rezando el rosario.
La persona manifiesta lo que hay dentro, y no podemos curar bien el cansancio, la herida, si no se sanea el interior. Puede que al principio suponga algo de esfuerzo, pero es como el deporte, visitar a los amigos, hacer un viaje… todo requiere un trabajo que después te enriquece y descansa. Con el trabajo no tenemos tiempo relajado para Dios, pero en vacaciones sí. Nunca está justificado perder el tiempo y eso no descansa. Lo que ayuda es recrearse con el encuentro que enriquece, con amigos, con familia, con nuestro Dios y Padre, con Jesucristo, por eso Él nos invita a acudir a Él para encontrar el descanso que este mundo no puede darnos, un descanso que purifique nuestra conciencia, que fortalezca nuestra voluntad, que haga arder nuestro corazón para seguir luchando en la vida por proyectos de justicia, que estemos al máximo en el impulso que el Espíritu Santo nos da.
Te propongo un plan de verano, reserva diariamente para Dios un buen tiempo, el que puedas, el mejor, recuerda el primer mandamiento. Y en ese tiempo piensa como mejor te puedes poner en manos de Dios, si rezando, leyendo la Biblia, un libro que hable de Dios, de espiritualidad, un tiempo de reflexión, el rezo del Rosario, la Santa Misa… lo que tú quieras, pero no lo dejes a la improvisación o para cuando te aburras, no pierdas ocasión de descansar en Cristo.
Y mejor todavía si tienes fe para creer esto que Jesús nos dice y buscas unos días de retiro en un monasterio, en una casa de ejercicios, en algunas hay organizados ejercicios espirituales con expertos en ejercitar tu alma y conducirla a un profundo encuentro con el Señor. En la casa de Ejercicios de los franciscanos de Santo Espíritu en Gilet, en Nuestra Señora de los Ángeles de Javea o en cualquier lugar que ofrecen ejercicios para matrimonios, seglares… yo te recomiendo Buena Fuente del Sistal, en Guadalajara hacia Teruel, es un lugar perfecto con charlas, con un paraje y un clima bueno para el verano y sobre todo con un monasterio donde puedes participar en las oraciones litúrgicas con las monjas. Un potente lugar de recreo, de volver a dejarse crear por Dios.
Que el descanso no sea un activismo consumista que engrose nuestra soberbia y encoja nuestra alma, sino que sea un encuentro con Dios y por él con los demás, quitando el agobio de las prisas y la ambición.
Arturo Javier García
Vuestro Párroco


En la audiencia general el Santo Padre ha reflexionado sobre el luto en familia.

Durante el recorrido de catequesis sobre la familia, hoy tomamos directamente la inspiración en el episodio narrado por el evangelista Lucas, que acabamos de escuchar (cfr Lc 7, 11-15). Es una escena muy conmovedora, que nos muestra la compasión de Jesús por quien sufre --en este caso una viuda que ha perdido a su único hijo -- y nos muestra también el poder de Jesús sobre la muerte.
La muerte es una experiencia que afecta a todas las familias, sin ninguna excepción. Forma parte de la vida y, cuanto toca los afectos familiares, la muerte nunca nos parecerá natural. Para los padres, sobrevivir a los propios hijos es algo particularmente desgarrador, que contradice la naturaleza elemental de las propias relaciones que dan sentido a la familia misma. La pérdida de un hijo o de una hija es como si parase el tiempo: se abre un abismo que se traga el pasado y también el futuro.
La muerte, que se lleva al hijo pequeño o joven, es una bofetada a las promesas, a los dones y sacrificios de amor alegremente entregados a la vida que hemos hecho nacer. Tantas veces vienen a misa a Santa Marta padres con la foto de un hijo, una hija, niño, muchacho, muchacha y me dicen: “se fue”.
La mirada tiene tanto dolor. La muerte toca y cuando es un hijo toca profundamente. Toda la familia queda como paralizada, enmudecida. Y algo similar sufre el niño que se queda solo, por la pérdida de un padre, o de ambos. Esa pregunta: -“¿Dónde está papá?” “¿Dónde está mamá?”.
-Está en el cielo.
-“¿Pero por qué no lo veo?”.
Esta pregunta que cubre una angustia en el corazón del niño o la niña. Se queda solo. El vacío del abandono que se abre dentro de él es aún más angustiante por el hecho que no tiene ni siquiera la experiencia suficiente para dar un nombre a aquello que ha sucedido. “¿Cuándo vuelve papá?” “¿Cuándo vuelve mamá?” ¿Qué se responde? Y el niño sufre. Y así es la muerte en familia.
En estos casos la muerte es como un agujero negro que se abre en la vida de las familias y al que no sabemos dar ninguna explicación. Y a veces se llega incluso a culpar a Dios. Pero cuánta gente, yo les entiendo, se enfada con Dios, blasfema, “¿por qué me has quitado al hijo, la hija? Pero Dios no está, no existe. ¿Por qué ha hecho esto?”.
Muchas veces hemos escuchado esto, pero esta rabia es un poco lo que viene del corazón, del dolor grande. La pérdida de un hijo, una hija, del papá, de la mamá, es un gran dolor. Y esto sucede continuamente en las familias. En estos casos la muerte es como un agujero.
Pero la muerte física tiene “cómplices” que son también peores que ella, y que se llaman odio, envidia, soberbia, avaricia; en resumen, el pecado del mundo que trabaja para la muerte y la hace aún más dolorosa e injusta. Los afectos familiares aparecen como las víctimas predestinadas e indefensas de estos poderes auxiliares de la muerte, que acompañan la historia del hombre.
Pensemos en la absurda “normalidad” con la cual, en ciertos momentos y en ciertos lugares, los eventos que añaden horror a la muerte son provocados por el odio y la indiferencia de otros seres humanos. ¡El Señor nos libre de acostumbrarnos a esto!
En el pueblo de Dios, con la gracia de su compasión donada en Jesús, muchas familias demuestran con los hechos que la muerte no tiene la última palabra. Y esto es un verdadero acto de fe. Todas las veces que la familia en luto --también terrible-- encuentra la fuerza de cuidar la fe y el amor que nos unen a los que amamos, impide ya ahora, a la muerte, llevarse todo.
La oscuridad de la muerte se afronta con un trabajo más intenso de amor. “¡Dios mío, aclara mis tinieblas!”, es la invocación de la liturgia de la noche. En la luz de la Resurrección del Señor, que no abandona a ninguno de los que le ha confiado el Padre, podemos quitar a la muerte su “aguijón” como decía el apóstol Pablo (1 Cor 15,55); podemos impedir que nos envenene la vida, hacer vanos nuestros afectos, hacernos caer en el vacío más oscuro.
En esta fe, podemos consolarnos el uno al otro, sabiendo que el Señor ha vencido a la muerte una vez por todas. Nuestros seres queridos no han desaparecido en la oscuridad de la nada: la esperanza nos asegura que ellos están en las manos buenas y fuertes de Dios. El amor es más fuerte que la muerte.
Por esto el camino es hacer crecer el amor, hacerlo más sólido, y el amor nos cuidará hasta el día en el que la lágrima será secada, cuando “no habrá más muerte, ni luto, ni lamento, ni pena” (Ap 21,4). Si nos dejamos sostener por esta fe, la experiencia del luto puede generar una más fuerte solidaridad de los vínculos familiares, una nueva apertura al dolor de otras familias, una nueva fraternidad con las familias que nacen y renacen en la esperanza. Nacer y renacer en la esperanza, esto nos da la fe.
Pero yo quisiera subrayar la última frase del Evangelio que hoy hemos escuchado. Después que Jesús trae de nuevo a la vida a este joven, hijo de la mamá que era viuda, dice el Evangelio: “Jesús lo devolvió a su madre”. ¡Y ésta es nuestra esperanza! ¡Todos nuestros seres queridos que se han ido, todos, el Señor los restituirá a nosotros y con ellos nos encontraremos juntos y esta esperanza no decepciona! Recordemos bien este gesto de Jesús; “Y Jesús lo restituyó a su madre”. ¡Así hará el Señor con todos nuestros seres queridos de la familia!
Esta fe, esta esperanza, nos protege de la visión nihilista de la muerte, como también de las falsas consolaciones del mundo, de modo que la verdad cristiana no “corra el riesgo de mezclarse con mitologías de varios géneros cediendo a los ritos de la superstición, antigua o moderna” (Benedicto XVI, Ángelus del 2 de noviembre 2008).
Hoy es necesario que los Pastores y todos los cristianos expresen de manera más concreta el sentido de la fe en relación a la experiencia familiar del luto. No se debe negar el derecho al llanto - ¡debemos llorar en el luto! También Jesús “rompió a llorar” y estaba “profundamente turbado” por el grave luto de una familia que amaba (Jn 11,33-37).
Podemos más bien tomar del testimonio simple y fuerte de tantas familias que han sabido captar, en el durísimo pasaje de la muerte, también el seguro pasaje del Señor, crucificado y resucitado, con su irrevocable promesa de resurrección de los muertos. El trabajo del amor de Dios es más fuerte del trabajo de la muerte. ¡Es de aquel amor, es precisamente de aquel amor, que debemos hacernos “cómplices” activos con nuestra fe!
Y recordemos aquel gesto de Jesús: “Y Jesús lo restituyó a su madre”, así hará con todos nuestros seres queridos y con nosotros cuando nos encontraremos, cuando la muerte será definitivamente vencida en nosotros. Ella está vencida por la cruz de Jesús. ¡Jesús nos restituirá en familia a todos! Gracias.

AGENDA PARROQUIAL – AVISOS
Liturgia de las Horas
Semana XII del Tiempo Ordinario - IV Semana del Salterio-
Amonestación
Sergio Almonacil Segura, soltero, mayor de edad, natural y vecino de Turís y feligrés de la parroquia Natividad de Nuestra Señora hijo de Emilio y Carmen, desea contraer matrimonio con:
María José Sánchez Hernández, soltera, mayor de edad, natural y vecina de Torrent, feligresa de Nuestra Señora del Monte Sión, hija de Juan José y María José.
Si alguien conoce algún impedimento para que realice este matrimonio, tiene deber moral de comunicarlo.
Colecta Extraordinaria para las deudas de la Parroquia y Otros ingresos
Nuevos resultados Colecta Extraordinaria para deudas y reparación de la Cúpula
Mes
Junio
Mayo
Abril
Marzo
Febrero
Enero
Diciembre
Resultado
823’7
704’50
1.645’77
697’20
920
751’30
1.113’54
La próxima colecta será la del día 5 de julio. Muchas gracias.
Del cepillo de la cúpula se han recogido 115 € más, tenemos 1.700’77 falta un poco más de 8.000. Muchas gracias. Agradecemos la ayuda ya aprobada de la Caja Rural de Turís 1.500 para la primera fase y otros 1.500 para la segunda fase.
¡Tú donativo es importante! Que Dios os lo pague.
Donativo Primeras comuniones y Confirmación.
Los padres de los niños de primera comunión han dado un donativo de 1.095.€. Y 220 de Confirmaciones. Muchas gracias.
Colecta Corpus Cáritas Diocesana
En la colecta del pasado domingo, día del Corpus, en la colecta para Cáritas diocesana se recogió:
Año
2015
2014
2013
2012
2011
2010
2009
Colecta Cáritas Corpus
1.150’4
1.129’8
1.056
2.053
1.713
1.800’65
1.078´45
Gracias por vuestra generosidad, que Dios os lo pague.
Preparación Bautizos
El viernes 26 a las 20 horas en Cáritas.
XL HORAS
Miércoles 24, inician a las 5,00 h, hasta jueves, 26 a las 21,00 h. Es una buena ocasión para rezar por la parroquia, por la catequesis, por la el campamento, por las vocaciones sacerdotales y religiosas, por tu familia, por la conversión de todos y el aumento de nuestra fe; no dejes de asistir todo lo que puedas.

INTENCIONES DE MISA
Del 22 al 28 de Junio de 2015
-Lunes, 22: Sto Tomás Moro –Mártir-
18,30 h. Santo Rosario
19,00 h. Santa Misa. Suf. Arturo Crespo Palmero. Suf. Baldomero Luján Martínez
-Martes, 23
18,30 h. Santo Rosario
19,00 h. Santa Misa Vespertina de San Juan Bautista
Suf. José Lozano, Amparo Llopis e hijo Francisco. Suf. Roberto Sastre. En petición de una gracia a la Virgen Milagrosa y a la Virgen de los Dolores. 
-Miércoles, 24: San Juan Bautista (Inician las XL HORAS)
18,30 h. Santo Rosario
19,00 h. Santa Misa: “Solemnidad de San Juan Bautista”
Suf. Juan Antonio Muñoz y abuelos. Suf. Bautista Higón Iranzo. Suf. Bautista Añón, Maruja Peydró e hijo Pepe. En acción de gracias.
-Jueves, 25
19,30 h. Santo Rosario
20,00 h. Santa Misa.
Suf. Familia Castelló Martínez. Suf. Rafael Martínez. Suf. Maria Aparisi e hijo Rafael. Suf. Fidela Borras Follasia.
21,00 h. Reserva -Final de las XL Horas-
-Viernes, 26: San Pelayo
9,00 h. Santa Misa en la Ermita V.D.G.
-Sábado, 27
18,00 h. BAUTISMO: Ángel Ballesteros Merino
19,15 h. Ejercicio vespertino: Sabatina
19,30 h. Santa Misa vespertina: Domingo XIII del Tiempo Ordinario 
Suf. Mª Edelmira Corbera Casañy y difuntos de la familia. Suf. Vicente López Lozano. Suf. Rosario Ibáñez Llopis. Suf. José Tarín, Vicenta Baixauli y Filo Igual Pérez. Suf. Leonardo Benaches, Esperanza Almela y sus hijos Leonardo y Esperanza. Suf. Vicente Iranzo y Ana y Dolores Almela. Suf. Pilar Crespo y Enrique Añón. Suf. Ricardo Guaita y Dolores Puchades. Suf. Andrés Centelles y sus padres.
Domingo, 21: Domingo XIII del Tiempo Ordinario
9,00 h. SANTA  MISA.
Suf. Difuntos familia Añón Puchades. Suf. Juan Boluda e Isabel Sanambrosio. Suf. María Torrelles Almonacil y Rafael Torrelles Almonacil. .Suf. Carmen Picó Zafrilla y Francisco Zanón. Suf. Encarna Sanz Valiente
12,00 h SANTA MISA - PRO POPULO-

13,00 h. BAUTISMO: Gala Muñoz Mas.

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